Alquiler vacacional en España
La regulación de los alquileres vacacionales presenta un panorama complejo, ya que muchas de sus disposiciones no están bajo la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU), sino que son competencia de las Comunidades Autónomas (CCAA), las cuales han establecido normativas específicas que responden a las particularidades de cada región en relación a este tipo de alojamiento.
Con el objetivo de controlar el auge de los alquileres turísticos y evitar la saturación de pisos destinados a este fin, el gobierno está llevando a cabo una reforma de la Ley 49/1960 de Propiedad Horizontal. Esta modificación busca que para que un piso turístico pueda operar, se requiera la aprobación explícita de al menos tres quintos de los propietarios de la comunidad de vecinos, lo que añade un nivel de regulación y consenso entre los residentes.
Para que una vivienda sea considerada de uso turístico, debe cumplir con ciertos requisitos:
Debe destinarse exclusivamente al alquiler temporal por periodos que no superen un mes (o dos meses, dependiendo de la normativa de cada comunidad autónoma)
Estar completamente amueblada y equipada para su uso inmediato
No puede ser la residencia habitual del propietario
Si forma parte de una comunidad de vecinos, es imprescindible contar con la aprobación de al menos tres quintos de los propietarios para su uso turístico.
Además, es necesario utilizar plataformas en línea para su comercialización, lo que facilita su promoción y acceso a potenciales inquilinos.
El proceso para conseguir la licencia turística puede diferir según la comunidad autónoma en la que se encuentre la propiedad, aunque generalmente se puede describir de la siguiente manera:
Primero, se debe presentar una Declaración Responsable que indique nuestro compromiso de conocer y cumplir con todos los requisitos establecidos.
A continuación, es necesario reunir la documentación pertinente, que comúnmente incluye un certificado energético, pruebas de propiedad, la licencia de primera ocupación y un seguro de responsabilidad civil.
Posteriormente, se puede requerir una inspección técnica previa y la inscripción en el Registro de Turismo de la comunidad autónoma correspondiente.
Además, es imprescindible contar con una firma digital y un certificado digital para poder presentar toda la documentación de manera online.
Por último, es importante tener en cuenta que cada municipio está implementando normativas que pueden establecer límites y condiciones específicas para los pisos turísticos, así como restricciones en relación con la edificabilidad total de cada área. Por lo tanto, será fundamental cumplir con las condiciones urbanísticas específicas de nuestra localidad para obtener los permisos municipales necesarios.
Los costos asociados a la obtención de una licencia para alquiler vacacional pueden variar considerablemente, con precios que van desde 30 hasta 120 euros, dependiendo de la comunidad autónoma y de los requisitos específicos que cada una imponga, así como del tipo de propiedad que se desee licenciar.
Además, es posible que se necesite contratar los servicios de una gestoría, lo que implicaría gastos adicionales si se busca asistencia profesional para facilitar el proceso de tramitación.
También se deben considerar las tasas administrativas, que son los pagos obligatorios a la Administración Pública por la gestión de la licencia. Por otro lado, es fundamental realizar inversiones en la adecuación del inmueble para asegurarse de que cumple con los estándares de calidad y seguridad exigidos.
Asimismo, las comisiones de plataformas de alquiler, como Airbnb y Booking.com, representan un gasto significativo, ya que estas agencias de viajes en línea cobran tarifas por sus servicios. Finalmente, no se puede olvidar el presupuesto destinado a la publicidad y promoción, que son esenciales para dar a conocer el alojamiento en el competitivo mercado digital.
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